Me da escalofríos recordar que el departamento donde vivo no era la opción que más nos gustaba. En su momento nos inclinamos por otro en el mismo edificio, unos pisos más arriba, vista al sur, sol menos directo. Aplicamos, pero el dueño nos rechazó, y así fue que terminamos alquilando nuestra segunda opción, orientación noroeste. “La vida a veces sabe mejor con nosotras lo que necesitamos en cada momento” le escribí esta semana a mi amiga G en una de nuestras charla asincrónicas.
A falta de tiempo, decidí que el de esta semana es un appreciation post a este departamento que tan feliz me hace habitar y a las camaleónicas vistas que me regala durante el año. Esas vistas que un poco extraño ahora, que el sol estival me obliga a cerrar las cortinas más horas de las que me gustaría.
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wooooww ese atardecer!!!!!!!